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Quetzalcóatl: dios, rey y profecía en la historia y la cultura de México

Quetzalcóatl es una de las figuras más fascinantes y complejas de la cultura mexicana. Su nombre significa "serpiente emplumada" y alude a su naturaleza dual, que combina lo terrenal y lo celestial, lo material y lo espiritual, lo humano y lo divino. ¿Quién fue Quetzalcóatl y qué representa para la historia de México? Esta es la pregunta que guiará nuestro artículo, en el que intentaremos explorar las diferentes facetas de este personaje legendario que ha trascendido el tiempo y el espacio.


Descubre cómo Quetzalcóatl creó el mundo y a los humanos, cómo gobernó la ciudad más civilizada de su época, cómo fue traicionado y exiliado por su rival, cómo se convirtió en una esperanza y un símbolo para los pueblos originarios y cómo representa la riqueza y la diversidad de México. No te pierdas este artículo fascinante e intrigante sobre Quetzalcóatl, la serpiente emplumada.

Quetzalcóatl como dios creador

Quetzalcóatl es una de las deidades más antiguas y universales de Mesoamérica. Su culto se remonta al periodo Preclásico (2500 a.C.-200 d.C.), cuando se le representaba como una serpiente con plumas de quetzal, un ave sagrada de la región. Su imagen simbolizaba la unión de los elementos opuestos: el cielo y la tierra, el agua y el fuego, la luz y la oscuridad. Quetzalcóatl era el dios que mantenía el equilibrio cósmico y que propiciaba la fertilidad y la vida.

Según la cosmogonía mesoamericana, Quetzalcóatl participó en la creación del mundo actual, el quinto sol, junto con su hermano Tezcatlipoca. Ambos dioses se enfrentaron al monstruo marino Cipactli, al que despedazaron para formar el cielo y la tierra. Luego, Quetzalcóatl descendió al inframundo para recuperar los huesos de los antiguos humanos, que habían perecido en las cuatro eras anteriores. Con la ayuda de la diosa Xochiquetzal, Quetzalcóatl roció los huesos con su propia sangre y les dio vida. Así nacieron los hombres y las mujeres del quinto sol.

Pero Quetzalcóatl no solo creó a los humanos, sino que también les enseñó las artes y las ciencias que les permitieron desarrollar una civilización. Quetzalcóatl les dio el maíz, el alimento básico de Mesoamérica, que había escondido el dios de la lluvia Tláloc en su montaña. Para obtenerlo, Quetzalcóatl se transformó en una hormiga y logró traer unos granos a la superficie. También les dio el cacao, el algodón, el jade y las plumas preciosas. Además, les instruyó en la escritura, el calendario, la astronomía, la medicina, la arquitectura, la escultura y la pintura.

Quetzalcóatl era, pues, el dios de la cultura y la civilización mesoamericanas. Su culto se extendió por todo el territorio, desde Teotihuacan hasta Chichén Itzá. Cada pueblo le rendía homenaje con diferentes nombres y atributos. Por ejemplo, los mayas le llamaban Kukulkán, los mixtecos 9 Viento y los zapotecos Coo Dzahui. Sin embargo, todos coincidían en reconocer su papel como dios creador y benefactor de la humanidad.

Quetzalcóatl como rey tolteca

La figura de Quetzalcóatl no solo pertenece al ámbito divino, sino también al humano. Existen varias leyendas que narran la vida de Quetzalcóatl como un rey histórico que gobernó Tollan, la ciudad de los toltecas, entre los siglos X y XII d.C. Los toltecas fueron una cultura que dominó el centro de México después del declive de Teotihuacan. Se destacaron por su refinamiento artístico y su habilidad militar. Su capital, Tollan, era considerada el centro del mundo y el modelo de civilización.

El rey más famoso de Tollan fue Ce Ácatl Topiltzin Quetzalcóatl, cuyo nombre significa "uno caña nuestro príncipe serpiente emplumada". Según los Anales de Cuauhtitlán, una crónica indígena escrita en náhuatl, este personaje nació en el año 1 Caña (895 d.C.) del vientre de su madre Chimalman, quien se había tragado una piedra preciosa. Desde niño mostró una gran inteligencia y sabiduría. A los cuatro años fue llevado a Tollan para ser educado como sacerdote. A los veinticinco años fue nombrado gobernante de la ciudad.

Bajo su mandato, Tollan alcanzó su máximo esplendor y su prosperidad. Ce Ácatl Topiltzin Quetzalcóatl promovió la paz, la justicia, el arte y la ciencia. Se opuso a los sacrificios humanos y los sustituyó por ofrendas de flores, frutos y animales. Construyó templos, palacios, jardines y observatorios. Fomentó el comercio y las alianzas con otros pueblos. Era amado y respetado por sus súbditos, que lo consideraban un dios hecho hombre.

Sin embargo, su reinado no duró para siempre. Su enemigo Tezcatlipoca, el dios de la noche y el caos, tramó un plan para destruirlo. Se disfrazó de anciano y se acercó a Quetzalcóatl, ofreciéndole una bebida que decía ser pulque, una bebida sagrada. En realidad, era una poción mágica que hacía perder la razón. Quetzalcóatl bebió confiado y cayó en la trampa. Bajo los efectos de la poción, Quetzalcóatl cometió incesto con su hermana Quetzalpetlatl, una grave ofensa para los toltecas. Al día siguiente, se dio cuenta de su error y se llenó de vergüenza y dolor.

Tezcatlipoca aprovechó la situación y le dijo a Quetzalcóatl que ya no era digno de gobernar Tollan. Le sugirió que se suicidara o que se fuera al oriente, donde encontraría su verdadero destino. Quetzalcóatl, abatido, decidió abandonar su ciudad y emprender un viaje hacia el mar. Antes de partir, quemó sus palacios, enterró sus tesoros y ordenó a sus seguidores que lo acompañaran o que se fueran a Cholula, donde se estableció un nuevo centro de culto a Quetzalcóatl. Al llegar al mar, se embarcó en una balsa de serpientes y navegó hacia el horizonte. Según algunas versiones, se inmoló y se convirtió en la estrella de la mañana, Venus. Según otras, prometió regresar en un año Ce Ácatl para reclamar su trono y restaurar su gloria.

Quetzalcóatl como profecía

La leyenda de Quetzalcóatl como rey tolteca tuvo una gran influencia en la historia de México. Muchos pueblos mesoamericanos esperaban el retorno de Quetzalcóatl como un salvador que les traería paz y prosperidad. Entre ellos estaban los mexicas o aztecas, que habían fundado su imperio en el siglo XIV d.C. Los mexicas eran los herederos culturales de los toltecas, a quienes admiraban y emulaban. Sin embargo, también eran un pueblo guerrero y expansionista, que practicaba los sacrificios humanos a gran escala. Su dios principal era Huitzilopochtli, el dios del sol y de la guerra, que les exigía sangre para mantener su movimiento.

Los mexicas creían que vivían en el quinto sol, que estaba en constante peligro de desaparecer por los ataques de los dioses del inframundo. Por eso, debían alimentar al sol con corazones humanos arrancados de los prisioneros de guerra. Esta visión del mundo generaba una tensión entre el orden y el caos, entre la vida y la muerte, entre Quetzalcóatl y Tezcatlipoca. Los mexicas esperaban que Quetzalcóatl regresara para restaurar el equilibrio y para inaugurar una nueva era de luz y armonía.

Esta esperanza se vio alterada cuando los españoles llegaron a las costas de México en 1519, bajo el mando de Hernán Cortés. Algunos indígenas pensaron que se trataba del cumplimiento de la profecía de Quetzalcóatl, que había partido hacia el oriente y que debía volver en un año Ce Ácatl. Precisamente, 1519 era un año Ce Ácatl según el calendario mesoamericano. Además, los españoles venían montados en caballos, cubiertos con armaduras metálicas y armados con espadas y arcabuces. Parecían seres sobrenaturales, enviados por los dioses.

Esta creencia fue alentada por el propio Cortés, que se aprovechó de la confusión y la curiosidad de los indígenas. Cortés sabía que los mexicas tenían muchos enemigos, que estaban descontentos con su dominio y que podían aliarse con los españoles. Por eso, se presentó como un embajador de Quetzalcóatl, que venía a liberarlos del yugo de Moctezuma, el tlatoani o rey mexica. Así logró el apoyo de pueblos como los totonacas, los tlaxcaltecas y los cholultecas, que se unieron a su causa.

Sin embargo, no todos los indígenas creyeron en la identificación de Cortés con Quetzalcóatl. Muchos se resistieron a la invasión española y defendieron su cultura y su religión. Entre ellos estaban los propios mexicas, que se enfrentaron a los españoles en varias batallas. Moctezuma, que había recibido a Cortés con honores, fue hecho prisionero y murió durante un levantamiento popular. Su sucesor, Cuauhtémoc, organizó la defensa de Tenochtitlan, la capital mexica, que fue sitiada y destruida por los españoles en 1521.

La caída de Tenochtitlan marcó el final del imperio mexica y el inicio de la colonización española de México. Sin embargo, no significó la desaparición de Quetzalcóatl ni de su legado. Por el contrario, Quetzalcóatl se convirtió en un símbolo de la resistencia y la reivindicación indígena. Muchos movimientos sociales y políticos han invocado su nombre y su imagen para luchar por la justicia y la dignidad de los pueblos originarios. Quetzalcóatl también ha sido reinterpretado desde una perspectiva cristiana, como un precursor o un apóstol de Cristo. Así, Quetzalcóatl representa la fusión de las culturas indígena y europea, que han configurado la identidad mexicana.

Quetzalcóatl es una figura polifacética y polisémica, que ha tenido diferentes significados a lo largo de la historia de México. Hemos visto que Quetzalcóatl fue un dios creador, un rey tolteca y una profecía mesiánica. Cada una de estas facetas revela aspectos importantes de la cultura mexicana, como su cosmovisión, su arte, su política y su religión. Quetzalcóatl también muestra la diversidad y la complejidad de México, que ha sido escenario de encuentros y desencuentros entre diferentes pueblos y civilizaciones.

Según esta información podemos concluir que Quetzalcóatl representa la riqueza y la diversidad de la cultura mexicana, así como su capacidad de adaptación y transformación ante los desafíos históricos. Quetzalcóatl es una expresión de la identidad mexicana, que integra elementos indígenas y europeos, prehispánicos y cristianos. Quetzalcóatl es también una fuente de inspiración para el futuro de México, que aspira a construir una sociedad más justa, más pacífica y más armoniosa.

¿Te has quedado con ganas de saber más sobre Quetzalcóatl? ¿Has encontrado otro significado para Quetzalcóatl? Este artículo solo ha sido una introducción al tema, pero hay mucho más que descubrir. Hay muchos libros, artículos, documentales y obras de arte que te pueden ayudar a profundizar en el conocimiento de este personaje fascinante. También hay diferentes formas de entender y valorar a Quetzalcóatl, según el punto de vista de cada persona o cultura. Por eso, te animamos a que sigas investigando y explorando este tema que nos acerca a la historia y la cultura de México.

 

Referencias

  • Aguilar-Moreno, M. (2007). Handbook to life in the Aztec world. Oxford University Press.

  • Florescano, E. (1999). Quetzalcóatl: Una historia universal del mito mexicano. Fondo de Cultura Económica.

  • Garibay K., Á.M. (1979). Teogonía e historia de los mexicanos: tres opúsculos del siglo XVI. Editorial Porrúa.

  • León-Portilla, M. (2003). Quetzalcóatl y Tezcatlipoca: el dualismo entre los antiguos nahuas. UNAM.

  • López Austin, A. (1988). Quetzalcóatl y los mitos fundadores de Mesoamérica. El Colegio Nacional.

  • Matos Moctezuma, E. (1994). Quetzalcóatl: el hombre, el mito, la leyenda. CONACULTA.

  • Sahagún, B. de (2002). Historia general de las cosas de Nueva España. Editorial Porrúa.


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