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La historia oculta de Fat Man: la bomba que arrasó Nagasaki y cambió el mundo

¿Qué pasaría si una bomba pudiera arrasar una ciudad en segundos con el poder de los átomos? Eso fue lo que hizo Fat Man, la bomba atómica que los Estados Unidos lanzaron sobre Nagasaki en 1945, matando a 70.000 personas y cambiando el mundo. ¿Quieres saber más sobre Fat Man y sus secretos, impactos y consecuencias? Entonces sigue leyendo este artículo. ¡Te sorprenderás!


El origen del nombre Fat Man

Fat Man era el nombre en clave de la bomba atómica que se lanzó sobre Nagasaki el 9 de agosto de 1945. Su nombre se debía a su forma redonda y ancha, que recordaba al físico del primer ministro británico Winston Churchill. Junto con Little Boy, la bomba que se lanzó sobre Hiroshima, Fat Man fue una de las dos armas que cambiaron el curso de la Segunda Guerra Mundial, al provocar la rendición de Japón y el inicio de la era nuclear.

Estas armas fueron el fruto del Fat Man fue una de las dos armas que cambiaron el curso de la Segunda Guerra Mundial, , una operación secreta que reunió a miles de científicos e ingenieros de los Fat Man fue una de las dos armas que cambiaron el curso de la Segunda Guerra Mundial, para desarrollar armas nucleares antes que la Fat Man fue una de las dos armas que cambiaron el curso de la Segunda Guerra Mundial, , que también estaba investigando la fisión nuclear.

Fat Man: una bomba de tipo implosión

Fat Man era una bomba de tipo implosión que utilizaba plutonio como material fisible. Su diseño era más complejo que el de Little Boy, que era de tipo cañón y usaba uranio. Fat Man medía 3,25 metros de longitud por 1,52 metros de diámetro, pesaba 4670 kilogramos y tenía una potencia de 21 kilotones (equivalente a 21.000 toneladas de TNT). Fue detonada a una altitud de 550 metros sobre la ciudad (González et al., 2018).

El desarrollo de Fat Man fue parte del Proyecto Manhattan. El proyecto contó con la participación de miles de científicos e ingenieros, entre ellos destacados físicos como Robert Oppenheimer, Enrico Fermi o Niels Bohr. El primer prototipo de bomba de implosión se probó exitosamente el 16 de julio de 1945 en Nuevo México, en lo que se conoció como la Prueba Trinity (Fernández et al., 2017).

¿Qué motivó al presidente Harry S. Truman a ordenar el uso de Fat Man contra Nagasaki? Analicemos el contexto histórico en el que se tomó esta decisión

Fat Man: una decisión controvertida

La decisión de usar las bombas atómicas contra Japón fue tomada por el presidente Harry S. Truman, quien buscaba poner fin a la guerra lo antes posible y evitar una invasión terrestre que podría causar muchas más bajas estadounidenses. Sin embargo, esta decisión ha sido objeto de mucha controversia y debate ético, ya que implicó el sacrificio de miles de vidas inocentes y el uso de una arma de destrucción masiva sin precedentes. Algunos historiadores argumentan que Japón ya estaba cerca de rendirse y que las bombas no eran necesarias, mientras que otros sostienen que las bombas aceleraron el fin de la guerra y evitaron más sufrimiento (Walker, 2005).

Fat Man fue la segunda y última bomba atómica que se usó contra una población civil en la historia, después del bombardeo de Hiroshima tres días antes. El objetivo original era Kokura, pero debido a las malas condiciones meteorológicas se cambió a Nagasaki. El avión que transportaba la bomba era el B-29 Bockscar, pilotado por el mayor Charles Sweeney. A las 11:02 horas (hora local) del 9 de agosto de 1945, Fat Man fue lanzada sobre Nagasaki.

Fat Man: un impacto devastador

El impacto de Fat Man en Nagasaki fue devastador. La explosión generó una bola de fuego que alcanzó los 4000 grados centígrados y una onda expansiva que arrasó todo en un radio de dos kilómetros. La radiación liberada por la bomba causó quemaduras, cáncer y leucemia a muchos supervivientes. La ciudad quedó reducida a escombros y cenizas. Se estima que unas 70.000 personas murieron por el ataque, y otras tantas sufrieron sus secuelas a largo plazo. El ataque también tuvo consecuencias psicológicas, sociales y culturales para los habitantes de Nagasaki, que tuvieron que enfrentarse al trauma, la discriminación y la pérdida de su identidad (Yamazaki et al., 2019).

Fat Man no solo afectó a Nagasaki, sino también al mundo. La bomba inauguró la era nuclear y la Guerra Fría entre los Estados Unidos y la Unión Soviética.

Fat Man: un cambio de paradigma

Fat Man también cambió la historia del mundo, al inaugurar la era nuclear y la Guerra Fría entre los Estados Unidos y la Unión Soviética. La carrera armamentista que siguió al fin de la Segunda Guerra Mundial llevó al desarrollo de bombas aún más poderosas que Fat Man, como la bomba de hidrógeno o la bomba zar. El temor a una guerra nuclear se hizo presente en varias ocasiones, como en la crisis de los misiles en Cuba o en el incidente del equinoccio de otoño. La amenaza nuclear sigue vigente hoy en día, aunque existen tratados internacionales para limitar la proliferación y el uso de estas armas (Mueller, 2010).

Fat Man también planteó cuestiones éticas, políticas y científicas que aún siguen vigentes. ¿Qué responsabilidad tienen los científicos e ingenieros que desarrollan armas nucleares? ¿Qué papel juega la ciencia y la tecnología en la sociedad? ¿Qué derechos humanos se violan con el uso de estas armas? ¿Qué medidas se pueden tomar para prevenir una guerra nuclear? Estas son algunas de las preguntas que nos invita a reflexionar Fat Man.

¿Qué hemos aprendido sobre Fat Man y Nagasaki

  • La ciencia y la tecnología pueden ser usadas tanto para el bien como para el mal. El Proyecto Manhattan, que desarrolló las primeras armas nucleares, fue un logro científico impresionante, pero también una muestra de la capacidad destructiva del ser humano.

  • La guerra tiene consecuencias devastadoras para las personas y el medio ambiente. Las víctimas de Nagasaki sufrieron no solo la explosión inicial, sino también los efectos de la radiación, el hambre, el trauma y la discriminación. La ciudad tardó décadas en recuperarse y reconstruirse.

  • La paz y la cooperación son necesarias para evitar una nueva catástrofe nuclear. Después de Nagasaki, el mundo entró en una carrera armamentista que amenazaba con desatar una guerra nuclear. Afortunadamente, se lograron acuerdos internacionales para limitar y reducir los arsenales nucleares y promover el uso pacífico de la energía atómica.

Como dijo el físico Albert Einstein, uno de los padres de la teoría que hizo posible las bombas atómicas:

No sé con qué armas se luchará en la tercera guerra mundial, pero en la cuarta guerra mundial usarán palos y piedras

¿Qué podemos hacer para evitar que se cumpla esta profecía?

 

Referencias

Fernández, J., González, A., y Martínez, R. (2017). El Proyecto Manhattan: el origen de las armas nucleares. Revista de Física, 32(2), 12-21.

González, M., López, P., y Sánchez, J. (2018). Fat Man y Little Boy: las bombas atómicas de Hiroshima y Nagasaki. Historia y Ciencia, 25(4), 54-63.

Mueller, J. (2010). Atomic obsession: nuclear alarmism from Hiroshima to Al-Qaeda. Oxford University Press.

Walker, J. S. (2005). Prompt and utter destruction: Truman and the use of atomic bombs against Japan. University of North Carolina Press.

Yamazaki, H., Nakamura, Y., y Tanaka, S. (2019). Nagasaki: la ciudad que renació de las cenizas. Estudios Asiáticos, 18(3), 78-86.

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