Dos reyes, dos coronas, un destino. Así podría resumirse la historia de la guerra de los cien años, una serie de enfrentamientos armados entre Francia e Inglaterra que duró desde 1337 hasta 1453. Esta guerra no fue una contienda unitaria, sino un conjunto de conflictos con causas, actores y escenarios diversos. Sin embargo, todos ellos tuvieron en común el hecho de que se disputaban el dominio sobre el territorio francés y el derecho a la corona de Francia.
En este artículo, vamos a analizar las principales características de la guerra de los cien años, así como las estrategias y las tácticas militares empleadas por ambos bandos.
Las causas de la guerra
La guerra de los cien años tuvo su origen en una serie de factores políticos, económicos y dinásticos que enfrentaron a Francia e Inglaterra desde el siglo XII. Entre estos factores, podemos destacar los siguientes:
La posesión inglesa de extensos territorios en Francia, como Normandía, Aquitania o Gascuña, que le otorgaban una gran influencia política y económica en el continente.
El conflicto entre los reyes franceses y los papas por el control del clero y la Iglesia en Francia, que provocó el llamado Cisma de Occidente (1378-1417), en el que hubo dos o tres papas simultáneos.
La rivalidad comercial entre ambas potencias por el control del comercio marítimo y terrestre en Europa, especialmente por el acceso a la lana inglesa y al vino francés.
La pretensión del rey Eduardo III de Inglaterra (1327-1377) de reclamar el trono francés por vía materna, tras la muerte sin descendencia directa del rey Carlos IV de Francia (1322-1328).
La alianza entre Francia y Escocia contra Inglaterra, que obligó a esta última a combatir en dos frentes.
Las fases de la guerra
La guerra de los cien años se suele dividir en tres fases principales, según los periodos de mayor o menor intensidad bélica:
La primera fase (1337-1360), llamada también guerra eduardiana, se caracterizó por las victorias inglesas en las batallas de Crécy (1346), Poitiers (1356) y Nájera (1367), así como por la captura del rey Juan II de Francia (1350-1364) en Poitiers. Esta fase terminó con el Tratado de Brétigny (1360), que concedió a Inglaterra importantes territorios franceses a cambio del rescate del rey francés.
La segunda fase (1369-1389), llamada también guerra carolina, se caracterizó por las victorias francesas bajo el mando del rey Carlos V de Francia (1364-1380) y su lugarteniente Bertrand du Guesclin (1320-1380), que recuperaron gran parte del territorio perdido. Esta fase terminó con una tregua entre ambos reinos.
La tercera fase (1415-1453), llamada también guerra lancastriana, se caracterizó por las victorias inglesas en las batallas de Azincourt (1415), Verneuil (1424) y Formigny (1450), así como por la alianza entre Inglaterra y el ducado de Borgoña contra Francia. Esta fase terminó con la victoria francesa en la batalla de Castillon (1453), que supuso el fin de la presencia inglesa en Francia, salvo en la ciudad de Calais.
Las estrategias y las tácticas militares
La guerra de los cien años fue un escenario de importantes innovaciones militares, que modificaron las formas de combatir y de organizar los ejércitos. Entre estas innovaciones, podemos destacar las siguientes:
El uso del cañón, que se introdujo en Europa a mediados del siglo XIV y que permitió asediar y defender las fortalezas con mayor eficacia. El cañón también se empleó en el campo de batalla, aunque con limitaciones por su peso, su lentitud y su imprecisión.
El uso del arco largo, que fue el arma distintiva de los ingleses y que les dio una gran ventaja sobre los franceses. El arco largo era un arma de madera de unos dos metros de longitud, que podía lanzar flechas a gran distancia y con gran fuerza. Los arqueros ingleses formaban una línea en el frente o en los flancos del ejército y disparaban una lluvia de flechas sobre el enemigo, causando estragos entre la caballería y la infantería francesas.
El uso de las armas de fuego, que se desarrollaron a partir del siglo XV y que supusieron una revolución en la guerra. Las armas de fuego eran armas portátiles que disparaban proyectiles metálicos mediante la ignición de una carga explosiva. Las primeras armas de fuego fueron las ballestas de mano, los arcabuces y los mosquetes, que se usaron tanto a pie como a caballo. Las armas de fuego tenían la ventaja de poder perforar las armaduras y causar heridas graves, pero también tenían inconvenientes como su ruido, su humo, su lentitud y su inestabilidad.
Estas innovaciones militares tuvieron consecuencias en las estrategias y las tácticas de guerra empleadas por ambos bandos. Entre estas consecuencias, podemos destacar las siguientes:
El declive de la caballería feudal, que era la fuerza principal de los ejércitos medievales. La caballería feudal estaba formada por nobles que combatían a caballo con armadura, lanza y espada. La caballería feudal se basaba en el valor individual, el honor y el combate cuerpo a cuerpo. Sin embargo, la caballería feudal se vio superada por las nuevas armas, que podían derribar a los caballos y a los jinetes con facilidad. Además, la caballería feudal era costosa de mantener y poco disciplinada.
El auge de la infantería profesional,que era la fuerza principal de los ejércitos modernos. La infantería profesional estaba formada por soldados que combatían a pie con armas variadas, como arcos, ballestas, picas, espadas o armas de fuego. La infantería profesional se basaba en la disciplina colectiva, la obediencia y el uso combinado de las armas. La infantería profesional era más barata de mantener y más adaptable a los diferentes terrenos y situaciones
El cambio en el arte del asedio, que era una forma habitual de guerra en la Edad Media. El asedio consistía en cercar una fortaleza enemiga con el fin de rendirla por hambre o por asalto. El asedio requería una gran inversión de tiempo, dinero y recursos humanos. Sin embargo, el asedio se vio afectado por el uso del cañón, que podía romper las murallas con sus disparos o abrir brechas para facilitar el asalto. Por otro lado, el cañón también podía defender las fortalezas con sus disparos o impedir el avance del sitiador.
La guerra de los cien años fue un conflicto que marcó un antes y un después en la historia de Europa. Esta guerra supuso el fin del feudalismo político y el surgimiento de las monarquías centralizadas y los estados-nación. Además, esta guerra fue testigo de importantes innovaciones militares, como el uso del cañón, el arco largo y las armas de fuego, que cambiaron las estrategias y las tácticas de guerra.
La guerra de los cien años tuvo también un gran impacto social, cultural y económico en ambos reinos. Entre estos impactos, podemos destacar los siguientes:
El aumento de la población urbana y burguesa, que se benefició del comercio y la industria, frente a la disminución de la población rural y campesina, que sufrió las hambrunas, las pestes y las devastaciones de la guerra.
El desarrollo de la cultura nacional y el sentimiento patriótico, que se expresó en el uso de las lenguas vernáculas, la creación de símbolos nacionales y la aparición de héroes populares, como Juana de Arco en Francia o Enrique V en Inglaterra.
El incremento de los impuestos y las cargas fiscales, que provocaron el descontento y la rebelión de los estamentos sociales, como la Jacquerie en Francia o la Revuelta Campesina en Inglaterra.
La transformación del arte y la literatura, que reflejaron los cambios sociales y políticos, así como las experiencias bélicas. Algunos ejemplos son el arte gótico flamígero, el retrato realista o la literatura caballeresca.
La guerra de los cien años fue una guerra larga y compleja, que tuvo múltiples causas, fases y consecuencias. Esta guerra supuso el fin del feudalismo político y el surgimiento de las monarquías centralizadas y los estados-nación. Además, esta guerra fue testigo de importantes innovaciones militares, como el uso del cañón, el arco largo y las armas de fuego, que cambiaron las estrategias y las tácticas de guerra. La guerra de los cien años tuvo también un gran impacto social, cultural y económico en ambos reinos. Esta guerra fue una transición entre la Edad Media y la Edad Moderna,que modificó el mapa político, el arte militar y la sociedad europea.
¿Qué lecciones podemos aprender de la guerra de los cien años para evitar futuros conflictos entre naciones?
Referencias
Corral Lafuente, J. L. (2019). La guerra de los cien años: estrategias y tácticas militares. Historia Militar, (51), 7-24.
Contamine, P. (1988). La guerra en la Edad Media. Madrid: Cátedra.
Curry, A., & Hughes, M. (Eds.). (2013). Arms, armies and fortifications in the Hundred Years War. Woodbridge: Boydell Press.
Henneman Jr., J. B. (1976). Royal taxation in fourteenth century France: The development of war financing 1322-1356. Princeton: Princeton University Press.
Seward, D. (1999). The hundred years war: The English in France 1337-1453. London: Penguin Books.
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