¿Te has preguntado alguna vez qué son las esfinges? ¿Qué se esconde tras su rostro humano y su cuerpo animal? ¿Qué mensaje nos quieren transmitir con sus enigmas y sus desafíos? Las esfinges son unas de las criaturas más fascinantes y enigmáticas de la mitología universal, que han despertado la curiosidad y la admiración de generaciones de exploradores, artistas y pensadores. En este artículo, te invitamos a descubrir el origen, la evolución y el simbolismo de estas figuras, que representan la esencia misma de la humanidad.
El origen de las esfinges
El origen de las esfinges se pierde en la noche de los tiempos. Según algunos estudiosos, podrían tener su origen en las representaciones zoomorfas de los dioses egipcios, que combinaban elementos animales y humanos para expresar sus atributos y funciones (Galbis, 2023). Así, por ejemplo, el dios Amón se representaba con cabeza de carnero, el dios Horus con cabeza de halcón o la diosa Bastet con cabeza de gato. Estas imágenes se plasmaron en esculturas monumentales que adornaban los templos y las tumbas, como guardianes del orden cósmico y del más allá.
La esfinge más famosa y antigua es la Gran Esfinge de Guiza, que se encuentra junto a las pirámides y que tiene el rostro del faraón Kefrén (siglo XXVI a.C.). Se cree que esta esfinge simboliza el poder y la sabiduría del rey, así como su identificación con el dios solar Ra (el-Shahawy & Atiya, 2010). La esfinge egipcia tenía un carácter benéfico y protector, pero también podía ser temible y castigar a los enemigos del faraón. Algunas esfinges tenían aspecto femenino, como la reina Hatshepsut, que se hizo representar como una esfinge con barba para afirmar su autoridad (el-Shahawy & Atiya, 2010).
La difusión de las esfinges
Las esfinges no solo se encuentran en Egipto, sino que también se difundieron por otras culturas del Mediterráneo y de Oriente. En Grecia, la esfinge era una criatura alada con rostro de mujer y cuerpo de león, que planteaba enigmas a los viajeros y los devoraba si no sabían responderlos. La más célebre fue la que asedió a la ciudad de Tebas y que fue vencida por Edipo, que acertó su acertijo: ¿qué animal camina con cuatro patas por la mañana, con dos al mediodía y con tres al atardecer?
La respuesta era el hombre, que gatea de niño, camina de adulto y usa un bastón de anciano. La esfinge griega simbolizaba la intemperancia y la dominación perversa, así como el misterio y la necesidad del destino (Carrillo de Albornoz & Fernández, 2015).
En Mesopotamia, las esfinges eran conocidas como lamassu o shedu, y tenían cuerpo de toro o león, alas de águila y cabeza humana o animal. Eran genios protectores que custodiaban las entradas de los palacios y los templos. Su función era alejar el mal y atraer el bien. Su aspecto combinaba la fuerza del toro o el león, la velocidad del águila y la inteligencia del humano o el animal sagrado (Carrillo de Albornoz & Fernández, 2015).
En India, las esfinges se llaman purushamriga o narasimha, y tienen cuerpo de león y cabeza humana o viceversa. Son representaciones del dios Vishnú, que se encarna en diferentes formas para restablecer el equilibrio del mundo. La esfinge india simboliza la unión de lo divino y lo humano, así como la superación de los obstáculos y las tentaciones (Carrillo de Albornoz & Fernández, 2015).
El simbolismo de las esfinges
El simbolismo de las esfinges es muy rico y variado, pero se puede encontrar un hilo conductor que las une: son seres que representan la evolución de la humanidad, desde su estado más animal hasta su estado más espiritual. Nos muestran las cuatro etapas de este proceso, que corresponden a los cuatro elementos: tierra, agua, aire y fuego. La tierra representa el cuerpo físico, el instinto y la fuerza. El agua representa el alma, el sentimiento y la adaptación. El aire representa la mente, el pensamiento y la inteligencia. El fuego representa el espíritu, la voluntad y la iluminación.
Las esfinges nos plantean un enigma que debemos resolver para avanzar en nuestro camino evolutivo. El enigma es el de nuestra propia naturaleza, que debemos conocer y transformar. Nos retan a superar nuestras limitaciones y a desarrollar nuestras potencialidades, invitándonos a buscar la armonía entre los diferentes aspectos de nuestro ser y a integrarlos en una síntesis superior.
Son, en definitiva, un reflejo de nosotros mismos, de nuestro potencial y de nuestro destino. Son seres que nos invitan a trascender nuestra condición animal y a alcanzar nuestra dimensión espiritual. Son guardianes de los misterios de la vida y de la muerte, que nos retan a descifrarlos con nuestra razón y nuestra intuición. Son símbolos de la evolución de la humanidad, que nos muestran el camino hacia la perfección.
¿Y a ti? ¿Qué te sugieren las esfinges? ¿Qué aspectos de tu propia naturaleza humana y animal reconoces en ellas? ¿Serás capaz de resolver sus enigmas?
Referencias:
Carrillo de Albornoz, M.A. & Fernández, M.A. (2015). Simbolismo de la esfinge. Biblioteca de Nueva Acrópolis.https://biblioteca.acropolis.org/simbolismo-de-la-esfinge/
el-Shahawy, A. & Atiya, F. (2010). El Museo Egipcio de El Cairo. El Cairo: Farid Atiya Press.
Galbis, E. (2023). El simbolismo de la Esfinge. Noticias de Nueva Acrópolis España.
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