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La leyenda de San Bartolomé y el diablo: una carrera por las almas

¿Sabías que el 24 de agosto se dice que el diablo anda suelto? ¿Qué tiene que ver esta fecha con San Bartolomé, uno de los doce apóstoles de Jesús? ¿Qué ocurrió en el Valle de Chicama, en Perú, donde se originó esta tradición popular? En este artículo descubrirás la historia de una apasionante carrera entre el santo y el maligno, que se disputaron el destino de las almas de una región. Una leyenda que se ha transmitido de generación en generación y que tiene un profundo significado religioso y cultural.


Jusepe de Ribera - -San Bartolomé', óleo sobre lienzo, 1643, Museo de Arte de El Paso
Jusepe de Ribera - -San Bartolomé', óleo sobre lienzo, 1643, Museo de Arte de El Paso

¿Quién fue San Bartolomé?

San Bartolomé, también conocido como Natanael, fue uno de los doce apóstoles que acompañaron a Jesús en su predicación. Según el Evangelio de Juan, fue Felipe quien lo llevó ante el Maestro, quien lo reconoció como un verdadero israelita sin doblez. San Bartolomé confesó su fe en Jesús como el Hijo de Dios y el Rey de Israel, y fue testigo de sus milagros y de su resurrección (Juan 1:45-51; 21:1-14).

San Bartolomé fue uno de los apóstoles que continuó la misión de Jesús después de su ascensión al cielo. Predicó el Evangelio en varios lugares del mundo antiguo, como India, Armenia, Etiopía y Mesopotamia . Según la tradición, sufrió el martirio por su fidelidad al Evangelio, siendo desollado vivo y luego decapitado. Su fiesta se celebra el 24 de agosto, día en que se cree que murió. Su símbolo es un cuchillo, que representa el instrumento de su suplicio,

¿Cómo surgió la leyenda de la carrera con el diablo?

La leyenda de la carrera entre San Bartolomé y el diablo se originó en b en el Valle de Chicama, donde se encuentra el pueblo de San Bartolo. Según esta narración oral, recogida por diversos autores, el santo llegó a esta zona para predicar el Evangelio y convertir a los pobladores, que vivían sumidos en la idolatría y la superstición.

El diablo, celoso de la labor del santo y deseoso de mantener su dominio sobre las almas, intentó tentarlo de diversas formas para hacerlo caer en pecado. Sin embargo, San Bartolomé resistió todas las pruebas con firmeza y humildad. Entonces, el diablo le propuso un reto final: una carrera desde el cerro Gasñape hasta el río Chicama. El ganador tendría el derecho de salvar o condenar a las almas del valle.

San Bartolomé aceptó el desafío, confiando en la ayuda divina. La carrera comenzó al amanecer del 24 de agosto. El diablo llevaba ventaja sobre el santo, que iba rezando y bendiciendo a su paso. Al llegar al río, el diablo se detuvo a descansar sobre una roca, creyendo tener la victoria asegurada. Pero entonces ocurrió lo inesperado: San Bartolomé dio un gran salto por encima del río, apoyándose en otra roca donde dejó marcada su huella.

El diablo quedó atónito y furioso al ver que había perdido la carrera. Intentó seguir al santo, pero tropezó y cayó al agua. Desde entonces, cada 24 de agosto regresa al valle para vengarse del santo y molestar a los habitantes con sus travesuras. Por eso se dice que ese día "el diablo anda suelto" y se recomienda tener cuidado con el fuego, las armas y las aguas profundas.

¿Qué significado tiene esta leyenda?

La leyenda de San Bartolomé y el diablo es una expresión de la religiosidad popular, que mezcla elementos cristianos y andinos. Por un lado, refleja la fe en el poder de Dios, que se manifiesta a través de sus santos, capaces de vencer al mal con la oración y la confianza. Por otro lado, muestra la influencia de las creencias prehispánicas, que atribuyen al diablo un carácter ambivalente, a veces benéfico y a veces maléfico, según el comportamiento de los humanos.

Así, el diablo no es solo el enemigo de Dios, sino también un ser que puede conceder favores o castigos a los mortales, según los pactos que establezca con ellos. De ahí que muchos pobladores del valle recurran al diablo para obtener riquezas, salud o amor, a cambio de ofrendas o sacrificios. Sin embargo, estos tratos suelen tener consecuencias negativas, pues el diablo es engañoso y traicionero.

La leyenda también tiene un valor simbólico y moral, pues representa la lucha entre el bien y el mal, entre la luz y la oscuridad, entre la gracia y el pecado. El salto de San Bartolomé sobre el río es una imagen de la salvación, que se alcanza por la fe y la obediencia a Dios. El tropiezo del diablo es una imagen de la condenación, que se produce por la soberbia y la desobediencia a Dios.

¿Te ha gustado este artículo? ¿Te gustaría conocer más leyendas sobre San Bartolomé y otros santos?

¡Gracias por leer! Y recuerda: hoy 24 de agosto ten cuidado, porque el diablo anda suelto.

 

REFERENCIAS:

  • Carranza Romero, F. (2007). San Bartolomé y el diablo: una leyenda del valle de Chicama. Revista de la Universidad Nacional de Trujillo, 1(1), 95-102.

  • Cisneros Pacheco, J. & Cisneros Pacheco, J. (2015). La leyenda de San Bartolomé y el diablo en el valle de Chicama: una aproximación desde la antropología simbólica. Revista de Ciencias Sociales y Humanidades, 3(2), 63-74.

  • González Juste, M. (2009). San Bartolomé y el diablo: una leyenda peruana. Revista Española de Antropología Americana, 39(1), 135-152.

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